Siempre que escuché a alguna persona, que estaba esperando un bebé, hablar sobre el embarazo, solo decían lo lindo que es esta etapa y hablaban maravillas sobre la gestación. Cuando quedé embarazada de María José supe que tanta maravilla no era verdad.
No me mal interpreten el embarazo es lo más bonito que le puede suceder a una mujer, nadie te quita el hecho de poder tener a una personita creciendo dentro de ti pero como les decía no todo es ese arco iris de colores que siempre pensé que era.
Empezamos con las tan odiadas náuseas matutinas, que en mi caso se extendían hasta terminado el día. ¿Se acuerdan de su resaca más brava? Bueno eso no es nada comparado con las náuseas del embarazo. Ciertos olores se te hacen insoportables y cuando tu esposo llega con ese rico ají de gallina que antes te comías en cinco minutos, en ese momento solo piensas cómo pudo ser tu plato favorito y tienes que correr al baño más cercano. Si tienes suerte esta etapa solo dura los tres primeros meses. Pero si eres de las afortunadas que les toca estar así todo el embarazo, solo te queda agregar un par de básicos a tu cartera: alcohol y algodón. INFALTABLES!!!
Pasaste la etapa de las náuseas y creías que todo había acabado. NO, te equivocas. Ahora tu barriga está un poco más grande pero no lo suficiente como para que la gente piense que estás embarazada y no subida de peso. Haces tu cola en el banco o en el supermercado en la fila preferencial porque oh si! estás embarazada aunque al resto no le parezca. Y cuando te preguntan por décimo sexta vez si estás embarazada, les juro que tienen que respirar y contar hasta veinte y decir amablemente que sí lo estás y que ni modo que lleves tu ecografía a todos lados como si fuese tu dni.
¿Alguna vez han escuchado que las embarazadas tienen un brillo especial? Pues deben referirse a todo el sudor que llevas y no solo en la cara, porque no entiendes cómo antes con una hora haciendo taebo no sudabas ni una gota y ahora caminas una cuadra y ya estás transpirando como maratonista. Sí, en esta etapa es normal sobre todo en el último trimestre del embarazo.
Estoy segura que todas tenemos esa amiga que calza 40 y que alguna vez hemos molestado. ¿Dime qué se siente ahora ser la pie grande del grupo? Yo hasta tuve que comprarme zapatos nuevos porque ni ese zapato que me quedaba un poco grande me entraba. Mis pies parecían de payaso de circo y mis manos no se quedaban atrás. Y la nariz se me hinchó taaaanto… A lo Doug Narinas. Tranquilas que esta hinchazón se va unos días o semanas después de dar a luz.
Ya estás en el octavo mes y algunas mujeres se ponen melancólicas porque desean que el embarazo dure por siempre. PUES NO, no es mi caso. Mi octavo mes de embarazo fue en diciembre y la barriga que no tuve los primeros seis meses me salió de golpe para el tercer trimestre y juro que parecía un bombo. Ya no me quedaba mi ropa y es que con esos 20 kilos que subiste ¿pensabas que algo te quedaría? A la semana 37 ya le estaba preguntando al doctor que podía hacer para empezar con las contracciones. Ya no podía soportar el calor y los cambios de humor eran incontrolables.
En mi caso si llegué a mis 40 semanas y el trabajo de parto ES OTRA HISTORIA. Lo dejo para otro post. Sé que todo lo que les he escrito suena espantoso pero también es verdad que no cambiaría por nada del mundo haber llevado a Majo en mi vientre. Y lo volvería a hacer mil veces más. Porque algunos síntomas del embarazo son horribles pero sentir esas pataditas dentro de ti o ver a tu bebé en las ecografías lo compensa todo.
¡Así que aguanten todas aquellas embarazadas y mis respetos para todas las mamás!
Foto de mi panza dos semanas antes de dar a luz... Sí, creció más!!!